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Ahorro de energía en el dormitorio

Ahorro de energía en el dormitorio

El dormitorio o los diferentes dormitorios de una casa supone el espacio de la casa más íntimo y personal de todas las habitaciones del hogar. En teoría, se trata de una estancia que no debería presentar un elevado gasto energético, al no poseer electrodomésticos o aparatos de gran calibre conectados. No obstante, siempre se puede moderar el consumo energético aplicando pequeñas acciones que garanticen el ahorro en las facturas eléctricas del mes.

La reducción del consumo en los dormitorios constituye el paso hacia la eficiencia energética, un factor con la doble vertiente que, por un lado, permite el ahorro de energía a través de que el usuario disponga de sistema que consuman lo justo y necesario; y, por el otro, a causa de este objetivo por reducir los niveles de partículas contaminantes de los aparatos electrónicos, el cliente reduce de manera considerable el dinero a pagar en sus recibos.

En este artículo seguiremos un esquema con consejos para desarrollar y practicar el ahorro energético en el dormitorio, con la pretensión de que el usuario cambie los hábito de consumo hacia un paradigma más responsable con el medio ambiente ante la lucha por mitigar los efectos de la crisis climática irreversible que sufre el planeta ante la explotación  y la mala gestión de los recursos.

  1. Aprovechar la luz natural lo máximo posible

En primer lugar, las ventanas y las cortinas juegan un papel esencial en el dormitorio. Es importante que durante el día se aproveche al máximo la luz natural, sobretodo en temporadas veraniegas en las que se dispone de una mayor franja horaria que lo permite.

En este sentido, las ventanas deben ser amplias para que se recoja la máxima luminosidad posible. Del mismo modo, las cortinas en verano pueden ser finas, de tal manera que se deje pasar la brisa nocturna natural para un descanso más placentero y, en consecuencia, se prescinde de ventiladores o aires acondicionados que incrementan de manera desorbitada los gastos de la factura.

  1. Mejorar el sistema de calefacción

Las ventanas y las cortinas también son fundamentales para este punto. La calefacción es el sistema que mayor consumo energético genera en el hogar. Se estima que alrededor del 50 % del total del presupuesto de una factura se dedica al cobro de estos.

Una forma de evitar su uso consiste en el aislamiento térmico en puertas y ventanas, atrapando el calor durante el invierno y el frío en verano. De este modo se regula la temperatura ambiental sin tener que emplear sistemas caros.

En cuanto a las cortinas, en épocas más frías se pueden cambiar a unas más gruesas que no dejan pasar el aire exterior. Así también se puede conseguir que la temperatura ambiental del dormitorio se mantenga durante las horas de descanso.

  1. Aplicar la tecnología LED a una tarifa de luz que se adapte a las necesidades

Es importante que la tarifa eléctrica sea la correcta para la vivienda y no produzca más gastos de los que conviene. Una solución a este problema son los comparadores, un simulador que marca en base a unos patrones el nivel de consumo que se precisa en casa vivienda en particular, además de las mejores prestaciones para ahorrar en la factura. Por otro lado, conviene también revisar la potencia eléctrica contratada para que no se encuentre a niveles superiores a los que se precisan.

Este factor combinado con las bombillas LED, de baja densidad de consumo, puede llegar a reflejar un ahorro de hasta el 80 %, pues esta tecnología, además de poseer una vida media que oscila unos 10 años, permite cambiar de tonalidad y color para una mayor adaptación a las situaciones que se puedan llevar a cabo, por ejemplo, para la lectura.

Ahorro de energía en el dormitorio
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